Impulsar la lucha contra el comercio ilícito: viaje al corazón de la Operación HALCOMI en Camerún
6 Marzo 2025
Por Serge Martin TEPIELE, funcionario de la Aduana de Camerún, Jefe de la Subdivisión Comercial de KumbaDesde hace aproximadamente una década, la Aduana de Camerún está muy involucrada en un amplio proyecto de lucha contra el comercio ilegal. En los últimos años ha participado constantemente en varias operaciones relámpago organizadas por la OMA, pero desde finales de 2016 también ha puesto en marcha su propia operación de lucha contra el fraude conocida como HALCOMI, que significa “acabar con el comercio ilegal”.
Origen
La operación comenzó en el segundo semestre de 2016, a petición de algunas empresas y marcas establecidas legalmente en Camerún, como Guinness con su marca del mismo nombre, Promodis con su marca Ovaltine, Boissons du Cameroun -conocida entonces como SABC- con su marca Heineken y Nestlé Cameroun con su marca de leche Nestlé. Estas empresas sufrían todo el impacto de la competencia desleal del comercio ilegal. Tenían contratos de representación y distribución exclusiva de determinados productos en el territorio de Camerún, pero se quedaban estupefactas al ver cómo el mercado local se abastecía de productos con sus marcas, pero de dudoso origen y procedencia. Estas redes de fraude estaban tan bien abastecidas que una de las empresas, que simuló tener escasez de productos, se sorprendió al comprobar que sus clientes se seguían abasteciendo sin dificultad con los mismos productos procedentes de países vecinos.
En ese momento, las empresas afectadas se pusieron en contacto con la Aduana para debatir acciones a fin de luchar contra estas importaciones que infringían las leyes y la normativa. Se enumeraron varios tipos de fraude:
– el comercio paralelo, es decir, la importación a Camerún de mercancías auténticas, pero sin licencia de importación y/o distribución en su territorio ;
– la descarga de mercancías declaradas en tránsito y con destino a países vecinos;
– la importación de productos falsificados.
Procedimiento y primeros resultados
La Aduana respondió a la solicitud organizando una misión de un centenar de aduaneros bajo la supervisión de un mando central. Su hoja de ruta se centraba en intensificar los controles específicos e incautarse sistemáticamente de todas las mercancías introducidas fraudulentamente en el mercado de Camerún, preparar estadísticas, analizar los métodos operativos de los estafadores y rastrear las cadenas de suministro, a fin de localizar y conseguir que los autores y promotores riendieran cuentas. Para ello, los equipos operativos analizaron en detalle la información proporcionada en gran parte por las empresas víctimas, establecieron contactos con las demás fuerzas de defensa y seguridad, solicitaron el apoyo de las autoridades administrativas locales, organizaron acciones de seguimiento, y se hicieron con el control de los ejes de carreteras estratégicos y de ciertas zonas fronterizas conocidas por ser puntos de paso de las mercancías en cuestión.
Estas acciones dieron sus frutos rápidamente. Ya durante los primeros meses de la operación, en la región del sur (concretamente en las localidades de Ambam y Kye-ossise), se incautaron varios cargamentos de bebidas de una marca conocida a nivel internacional y procedente de un país vecino. En esta zona las autoridades competentes también se incautaron de cargamentos de muslos de pollo y otros productos alimenticios, algunos de ellos no aptos para el consumo humano. Los destruyeron públicamente y hubo una amplia cobertura mediática, a fin de concienciar a la población y a todo aquel susceptible de realizar este tipo de actividad.
Alcance
Los objetivos de la operación se ampliaron progresivamente a otras grandes actividades de tráfico ilícito, en concreto de mercancías prohibidas (como medicamentos y material médico fungible, productos cosméticos falsificados, armas y municiones, material militar, hidrocarburos, estupefacientes, especies protegidas por la CITES y determinados productos y precursores químicos susceptibles de doble uso). La operación se encuentra en la fase 3 y su plantilla se ha triplicado.
Lucha contra el contrabando
Los controles se ampliaron entonces a todos los artículos de contrabando (es decir, los que no estaban prohibidos, pero se importaban sin pasar por las oficinas de aduana). Los agentes de HALCOMI se fijaron sobre todo en una categoría concreta: los vehículos. En este ámbito, los funcionarios aprovecharon el desarrollo de una aplicación informática denominada COSMOS por parte de la División encargada de los sistemas de información, que empezó a utilizarse a principios de 2021. Con el número de bastidor se puede comprobar si se ha procedido al despacho de aduanas de un vehículo que circule por Camerún en el momento de su entrada en el país.
Los aduaneros se dieron cuenta de que cada vez circulaban más vehículos de alta gama en Camerún, pero en el sistema de información de la Administración de Aduanas no siempre aparecía el despacho de estos vehículos. La mayoría de ellos ya tenían una matrícula local, y llevaban varios años entrando fraudulentamente por las fronteras terrestres, que debido a su tamaño son difíciles de controlar. Sólo la frontera con Nigeria tiene ya unos 1.900 kilómetros.
En la aplicación COSMOS están todos los datos relativos a los vehículos con ruedas que han sido despachados por las aduanas de Camerún desde el 1 de enero de 2007. A los funcionarios de HALCOMI les basta con conectarse a COSMOS mediante su teléfono móvil e introducir el número de bastidor del vehículo controlado para obtener su estatuto aduanero. Desde los primeros días en los que se utilizó COSMOS se han incautado cientos de vehículos en todos los rincones del país.
La aplicación se ha puesto a disposición de público en general, y se le ha informado mediante una campaña de concienciación. Ha sido un gran éxito, y el miedo a los controles ha sido tan grande que muchos propietarios han comprobado el estatus aduanero de sus vehículos y han acudido espontáneamente a las autoridades aduaneras para regularizar su situación. El Director General quiso fomentar esta actitud cívica, para lo que incluso concedió un periodo de gracia durante el cual no se impondría ninguna multa aduanera a las regularizaciones espontáneas.
Resultados
Después de casi ocho años, el balance es muy positivo. En el sector sanitario, la operación HALCOMI a posibilitado la incautación de varias toneladas de medicamentos de contrabando y material médico fungible falsificado. También se incautaron y se destruyeron cargamentos de productos alimenticios de dudosa calidad destinados al consumo humano. En el sector de la seguridad, se han registrado varias incautaciones importantes, por ejemplo la de 200 artículos de material de base para la fabricación de dispositivos explosivos improvisados en 2020 (esta incautación ha sido determinante para que las máximas autoridades del país hayan decidido integrar las aduanas en la comunidad de defensa y seguridad nacional) y 3.144 cartuchos de munición de guerra en 2024. En el marco de la protección del medio ambiente y los ecosistemas, se incautaron varias toneladas de plásticos no biodegradables y especies protegidas por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres.
Por otro lado, los destacamentos de HALCOMI a los que se asignó específicamente la protección de las fronteras marítimas se incautaron de varias toneladas de combustible de contrabando procedente de la región suroccidental, donde varios grupos separatistas se enfrentan al gobierno de Camerún desde 2017.
Por último y en lo que respecta a la recaudación de derechos e impuestos, se han recuperado grandes cantidades y el temor a las sanciones ha suscitado un cierto civismo. En los últimos cuatro años (periodo 2021-2024), la operación HALCOMI ha tramitado 5.338 expedientes de litigios, lo que supone casi el 12 % de todas las actividades aduaneras de lucha contra el fraude. Gracias a esta actividad litigiosa se han podido recaudar derechos e impuestos evadidos por un valor de 5.306.069.591 de francos CFA (aproximadamente 7,8 millones de euros), y el cobro de multas aduaneras ha ascendido a 2.620.874.622 de francos CFA (aproximadamente 3,8 millones de euros).
Muchas bazas para mejorar la eficacia operativa
El éxito de la operación HALCOMI depende de un conjunto de factores y bazas.
En primer lugar, se ha seleccionado al personal implicado de forma muy meticulosa. Los responsables de las unidades aduaneras tradicionales tienen que aceptar el nombramiento de los agentes que contrata el Estado, pero los jefes nombrados para el mando central de la operación pudieron establecer criterios de selección estrictos. La lista de candidatos preseleccionados se suele entregar al Director General de Aduanas, y éste los pone a disposición de HALCOMI mediante una nota de servicio. Si al cabo de un tiempo hay agentes que no responden a las expectativas del mando o dejan de hacerlo, se les reintegra en su unidad de origen. Así se ha creado una unidad de élite que reúne a los mejores agentes de todas las unidades y todas las regiones del país, tanto de las fronteras terrestres, como de las marítimas y las aéreas.
Otra característica propia de este modelo es su especialización. Los responsables de las unidades aduaneras tradicionales suelen dedicar más de la mitad de su tiempo de trabajo a tareas administrativas y de representación que no tienen ninguna incidencia en la lucha contra el fraude aduanero. Los responsables y el personal de HALCOMI dedican todo su tiempo, esfuerzo e ingenio a rastrear el comercio ilegal. Recopilan información y la utilizan, realizan seguimientos y se infiltran en los círculos del fraude, están en contacto con las fuerzas de defensa y seguridad, etc.
La colaboración con las empresas y los operadores económicos es una baza importante. Suelen dar información muy valiosa a las aduanas acerca del fraude y las redes de comercio ilegal. Hay algunas empresas que también apoyan a las aduanas impartiendo formación sobre sus productos y marcas para que los funcionarios de aduanas puedan identificar las falsificaciones.
Otra característica especial es que los agentes de la Operación HALCOMI controlan todo el territorio nacional. Las unidades tradicionales se limitan a los territorios que les corresponden y no suelen coordinar sus acciones, no intercambian información de inteligencia de manera sistemática o incluso tienen conflictos con respecto a la competencia y el liderazgo de cada una. En el marco del modelo HALCOMI, el territorio nacional se ha dividido en tres grandes zonas que cubren los 12 sectores aduaneros existentes: Zona HALCOMI I (sectores aduaneros Litoral 1, Litoral 2, Suroeste, Noroeste y Oeste), Zona HALCOMI II (sectores aduaneros Centro, Sur 1, Sur 2 y Este), y Zona HALCOMI III (sectores aduaneros Adamaoua, Norte y Extremo Norte). Cada zona HALCOMI está dirigida por un coordinador, asistido por un responsable de operaciones y un relator. La gran ventaja de esta división en grandes zonas es que la respuesta a las actividades del comercio ilegal se planifica con más eficacia.
Por último, otra de las bazas principales es que se ha simplificado la cadena de mando. Los agentes operativos de HALCOMI no están sujetos a las largas cadenas jerárquicas que siguen sus colegas de las unidades convencionales. El coordinador de zona rinde cuentas directamente al Mando Central, que es el que le da instrucciones. El fraude es extremadamente transitorio, por lo que la capacidad de reacción del mando suele ser la mayor baza para el éxito de la respuesta operativa. Del mismo modo, los agentes de HALCOMI tienen la ventaja de no depender de la autoridad jerárquica de los responsables de las aduanas locales. Por eso suelen ser más audaces y tenaces al localizar y sancionar a los defraudadores, que con el tiempo han logrado acercarse a estos jefes locales de forma comprometedora.
Algunas resistencias superadas
Ha habido algunas críticas y comentarios sobre la operación HALCOMI. La primera tiene que ver con su duración. Hay quien opina que una operación especial no debería prolongarse tanto. Es cierto que las operaciones especiales suelen desarrollarse durante un periodo de tiempo limitado, pero cabe plantearse cuál es el fin de las acciones de la Aduana. Si la eficacia operativa es el objetivo de los servicios de vigilancia, sería incomprensible, por no decir contraproducente, sacrificar esta eficacia por unas limitaciones de índole puramente formal sobre la duración de una misión.
Hay otra crítica que desde hace tiempo se centra en la tendencia de los agentes de HALCOMI a cuestionar de manera casi sistemática la labor realizada por las unidades tradicionales. Se ha informado de que algunos agentes de HALCOMI, durante los controles de carretera de los vehículos despachados en aduana, se caracterizaban por impugnar sistemáticamente los valores declarados. Los usuarios no podían entender cómo la misma administración aduanera podía aprobar el despacho de un vehículo emitiendo un certificado, y al día siguiente enviar a sus agentes a impugnar el mismo despacho. A fin de acabar con estos problemas, en octubre de 2022 el mando central de HALCOMI dio instrucciones a sus agentes para que se limitaran a comprobar la eficacia del despacho de aduana y no a cuestionar su calidad, ya que esta tarea era competencia de otro servicio especializado. El Director General volvió a dar estas instrucciones en marzo de 2024, en términos aún más claros y firmes.
Ir aún más lejos
Para terminar, cabe analizar algunos ajustes que podrían llevarse a cabo para que la operación HALCOMI fuera aún más eficaz. En primer lugar, es necesario volver a impulsar la colaboración con las empresas víctimas del comercio ilícito, ya que hay que recordar que la operación HALCOMI nació a petición de las empresas y para responder sobre todo a determinados retos y dificultades a los que se enfrentaban a nivel interno. Sin embargo, con el paso del tiempo se ha ido diluyendo la colaboración con estas empresas, lo que produce la sensación de que HALCOMI está algo alejada de las verdaderas prioridades y preocupaciones de sus beneficiarios. Bajo ese punto de vista, se podría aumentar la eficacia de la operación y mostrar un mayor rendimiento si se pusiera el enfoque en determinadas líneas arancelarias o ciertos regímenes aduaneros durante un periodo específico (por ejemplo: misión especial para medicamentos, alcoholes y aceites comestibles; o misión especial para tránsito, admisión temporal y maquinaria de obras públicas).
Además, y en lo que respecta a la facilitación del comercio, en la operación HALCOMI se debería insistir más en la cuestión de los tiempos de tránsito de los contenedores, especialmente en los puertos. Por su naturaleza, estas zonas están mejor vigiladas y las mercancías se canalizan hacia las oficinas de aduana, por lo que se trataría de actuar basándose en la inteligencia para que los usuarios no tengan la impresión de que se les molesta por la multiplicidad de controles. Se debería hacer más hincapié en el contrabando y sus rutas (calas, fronteras terrestres, masas de agua), y se podría dar preferencia a los controles domiciliarios de los contenedores sospechosos frente a las numerosas ocasiones en las que se inmobilizan en la zona portuaria o de camino a los lugares de descarga. Con esta opción se reducirían los tiempos de tránsito y se evitarían las sobrestadías.
En lo que respecta a los recursos humanos, los agentes de la operación HALCOMI han de recibir más formación para apoyar mejor a las empresas. Dentro del proceso de colaboración con estas empresas, se deberían organizar más sesiones de formación a fin de que los agentes puedan identificar fácilmente las mercancías falsificadas. Por último, para entrar o permanecer en este cuerpo de élite, el mando central de la operación podría poner como condición previa que se validen determinados módulos de formación, o que se demuestre que se han completado en la plataforma CLiKC! de la OMA.
Para más información
cab.douanes.cameroun@gmail.com
Serge Tepiele