Punto de vista

Aprovechar la IA para el cumplimiento proactivo de las normas aduaneras: dando voz a los envíos

26 junio 2024
Por Amy Morgan, Vicepresidenta, Jefa de Cumplimiento Comercial, Altana

Los cambios recientes en el cumplimiento de las normas comerciales han hecho necesario contar con mejores herramientas con las que las empresas puedan respetar la legislación y la normativa internacional. La inteligencia artificial se ha convertido en una de las piezas más importantes de este rompecabezas. La IA se utiliza en tareas muy amplias, que van desde la cartografía de las cadenas de suministro hasta la clasificación de los códigos del Sistema Armonizado (SA). Ofrece la posibilidad de que los proveedores y las empresas de servicios de logística mejoren la forma en que abordan el cumplimiento, y de que los gobiernos puedan mejorar todas y cada una de sus medidas de lucha contra el fraude.

El reto del cumplimiento de las normas aduaneras

El cumplimiento de las normas aduaneras se convirtió en una industria especializada en la década de 1990, cuando las empresas de comercio internacional empezaron a contratar equipos a fin de mantener sus privilegios de importación y exportación, y para garantizar unos intercambios fluidos y legales de mercancías a través de las fronteras. Se contrató a grupos de agentes de aduanas y personal especializado para que abordaran las actividades específicas de cumplimiento, necesarias para actuar con una diligencia razonable, como la clasificación en códigos del SA y la adhesión a determinados tratados mundiales, entre otras. Sin embargo, la incorporación de estos grupos tan dispares creó silos dentro de las organizaciones. Aunque hayan pasado 30 años, les sigue resultando difícil integrarlos.

Para complicar aún más las cosas, la gestión del cumplimiento se llevaba a cabo (y se sigue llevando) mediante procesos manuales, lo que da lugar a operaciones que requieren muchos recursos y son propensas a provocar errores. Muchas empresas siguen utilizando cuestionarios para entender con quién están haciendo negocios, hojas de cálculo para manejar los datos y flujos de trabajo complejos para cumplir una amplia gama de normativas comerciales.

Estas herramientas no bastan para resolver problemas complejos. Una cadena de valor abarca todo el ciclo de vida de un producto, desde las materias primas hasta el montaje, pasando por la venta y el envío, e incluye aspectos financieros, logísticos, de marketing y jurídicos. A los profesionales del cumplimiento se les encarga la tarea de identificar todos los riesgos que acechan en las fases anteriores y posteriores de sus cadenas de valor globales. Han de detectar los productos falsificados, extraer las consecuencias de las repercusiones geopolíticas, hacer un seguimiento de las violaciones de los derechos humanos y preparar protocolos para la seguridad de la cadena de suministro, el comercio electrónico transfronterizo y la sostenibilidad. Aunque una organización cuente con todos los datos para realizar estos cálculos, no suele tener las herramientas para analizarlos, por lo que no conoce sus riesgos y niveles de cumplimiento.

La complicación es aún mayor por la proliferación de nuevas normativas del comercio mundial, como la Ley de prevención del trabajo forzoso de los uigures, el “Pacto Verde” y el Reglamento de la UE sobre deforestación, sin hablar de la evolución de los protocolos de seguridad, los avances tecnológicos y el aumento de las normas sobre prácticas medioambientales y éticas.

Aun así, esto supone una oportunidad. La inteligencia artificial tiene la capacidad de compartir ideas a partir de enormes conjuntos de datos, procesando miles de millones de puntos de datos comerciales y logísticos desordenados, cultivando una visión unificada, dinámica y limpia de la red global de la cadena de suministro. La comunidad comercial puede por fin entender y gestionar los vínculos entre el riesgo y las medidas de cumplimiento en un único espacio de trabajo centralizado. La IA se había utilizado para negligencias simples, pero ahora está lista para convertirse en el motor del cumplimiento total.

La IA da a los envíos su propia “voz”

En su nivel más simple, los profesionales del cumplimiento de las normas comerciales deben comprender lo que les dicen los envíos (y confiar en ello): han de ser capaces de ver dentro de cada nivel de la cadena de valor, unir los datos al movimiento de cada producto y reflejar los desplazamientos con cada mercado previsto. La forma tradicional de proceder ofrece algunas orientaciones, pero carece de la navegación especializada y la colaboración que son necesarias para las empresas y los gobiernos en el contexto del cumplimiento moderno.

Ahora somos capaces de construir modelos de inteligencia artificial que pueden generar ideas que se pueden llevar a la práctica a partir de este problema.

La IA aprende “entrenándose” con grandes cantidades de datos. El sistema ve la vinculación de dos puntos en repetidas ocasiones, lo que le enseña que están relacionados y, si se añade suficiente contexto adicional, cómo lo están. Esto da a la IA la increíble capacidad de análisis e ideas que vemos hoy en día, y ello le permite no sólo producir respuestas, sino ofrecer niveles de confianza en su precisión y fiabilidad.

En el contexto del cumplimiento de las normas comerciales, los sistemas de IA aprenden asimilando el conjunto de datos de la cadena de suministro. Para ello es necesario recopilar datos sobre millones de empresas, conectadas por miles de millones de envíos, a través de millones de eslabones diferentes de la cadena de suministro. Cada una de esas conexiones crea una interdependencia que ningún departamento de seres humanos podría empezar a calcular, y mucho menos una persona sola. Sin embargo, la IA no sólo puede desglosar cada producto y estado dentro del valor global y transformarlos en ideas que se puedan llevar a la práctica, sino que, utilizando técnicas de diseño inteligentes, puede presentar la información a los responsables del cumplimiento en una interfaz limpia y fácil de usar.

La IA tiene la capacidad de revelar lo que realmente importa de un envío: qué partes intervienen, qué productos contiene y si la interacción es segura, conforme y fiable. Esta “voz” proporciona a las autoridades aduaneras y a la comunidad comercial un sistema mundial de comercio más resiliente.

La IA también modificará el tejido de las organizaciones. Los equipos podrán liberarse de muchos de sus flujos de trabajo e integrarlos, lo que cambiará su forma de emplear el tiempo. Por ejemplo, ahora las empresas pueden utilizar las herramientas de análisis de las cadenas de suministro para examinar a sus proveedores a fin de asegurarse de que se cumple el programa de la Asociación Aduanera y Comercial contra el Terrorismo, en lugar de depender de los registros y de la investigación del personal. La IA podría incluso cambiar por completo las cuestiones que debe abordar un equipo de cumplimiento. Al mismo tiempo, un mapa de la cadena de suministro global de una organización que esté bien construido ha de ser fácil de usar. En muchos casos, la bolsa de trabajo de las empresas que integren la IA se ampliará, ya que disminuirá la necesidad de candidatos con competencias específicas en datos o analítica. De hecho, la IA puede aportar cambios tan profundos a una organización que ésta descubra que su misión se centra en cuestiones totalmente distintas.

Esto también significa que la dinámica cotidiana de los responsables del cumplimiento de las normas comerciales cambiará a su vez. Tendrán que conocer las herramientas de colaboración que se basen en la IA y ser capaces de interpretar nuevos tipos de interfaces con los que se extraiga una infinidad de fuentes de datos. Habrán de ampliar también los formatos y requisitos de la documentación de cumplimiento, integrando estas nuevas visiones de la cadena de valor global y empujando a las organizaciones a ir más allá en la comprensión de sus propios productos y envíos.

Asumir la IA como herramienta de cumplimiento

La IA ofrece una forma de identificar los productos y/o las transacciones cuya conformidad sea poco probable antes de que crucen la frontera. Los gobiernos y las autoridades comerciales pueden emplear la IA para reforzar sus propias medidas de seguridad. Se podrá por ejemplo predecir mejor el riesgo de los bienes y servicios que pasan por sus puertos, o utilizar la capacidad analítica de la IA para ver el comercio con nuevas ideas y que estas sean más prácticas.

Para crear herramientas de IA competentes y esclarecedoras hace falta talento y recursos económicos. Utilizar la IA para comprender las cadenas de valor es mucho más complejo que entrenar a un chatbot. Si un gobierno u organización quiere construir la suya propia, tendrá que contratar ingenieros con experiencia tanto en los marcos de la IA como en los imprevistos de las cadenas de valor globales. Los entresijos del comercio deben insertarse directamente en el código. Sin embargo, las herramientas especializadas permiten ver ahora una determinada cadena de suministro situada en un mapa de las cadenas de suministro del mundo, y a medida que la red de cadenas de suministro evoluciona en el mundo real, también lo hace la visión de las cadenas de valor.

La IA también requiere una enorme potencia informática. De hecho, los proveedores de computación en la nube han tenido que apresurarse para responder a toda la demanda nueva de sus centros de datos con el reciente auge de las aplicaciones de IA. Por lo tanto, el uso de la IA a este nivel obliga a comprender cómo gestionar ejércitos de servidores equipados para lidiar con estas enormes cargas.

Por este motivo, tanto los gobiernos como las empresas privadas aplican cada vez más las tecnologías de la cadena de valor global, a fin de utilizar lo mejor que la IA puede ofrecer sin tener que invertir en una infraestructura tecnológica interna. No obstante, esto no significa que la tecnología pueda funcionar de forma aislada, ni que todas las soluciones se apliquen a su nicho de mercado. Las organizaciones más innovadoras de hoy eligen la plataforma más apropiada para sus objetivos evaluando las fuentes de datos, la aplicación industrial, la seguridad y la integridad de una posible herramienta de IA. A continuación, integran la solución elegida en los procesos de toma de decisiones de la organización y forman a personas dedicadas sobre la mejor manera de utilizar la información que se obtiene.

El futuro del cumplimiento depende de la IA

La adopción de tecnologías como la IA abre un camino prometedor hacia la modernización del cumplimiento de las normas aduaneras. En él se reinventan los programas de cumplimiento para el contexto comercial moderno y se ofrece un mapa más completo de los envíos transfronterizos. Las empresas podrán por fin aprovechar al máximo sus datos de envíos y entender cada una de las partes de una transacción hasta su proveedor de enésimo nivel. Las medidas de seguridad serán más claras y se podrán aplicar mejor, y no dejarán de aumentar las posibilidades del uso de la excepcional potencia informática de la IA para automatizar procesos.

Sobre todo, a medida que el sector del cumplimiento de las normas comerciales empiece a aprovechar las ventajas de un mundo impulsado por la IA, crecerá su eficiencia, transparencia y capacidad de adaptación, y seguirá respondiendo al motivo por el que se creó en un primer momento: impulsar el futuro del comercio mundial.

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