Las bases de este proyecto, según Maria Morrissey y Paul Codd, se asentarían sobre el cumplimiento de las normas más exigentes de la UE y de la OMA en materia de formación, y en la satisfacción de un conjunto preciso y ambicioso de necesidades operativas. Con los debates sobre la creación de una escuela propia de formación práctica en pleno apogeo, el curso podría servir como ejemplo del cariz que la formación aduanera debería adoptar en este caso. En palabras de Paul Codd : “Dada la naturaleza de su trabajo, la Aduana debe ser la mejor en el registro de vehículos, e Irlanda debe aspirar a las mejores prácticas internacionales”. Para Maria Morrissey, se trataba ante todo de “hacer las cosas correctamente”, y de crear un curso que elevara el nivel de la formación aduanera. Una vez trazadas las líneas maestras del proyecto, Morrissey y Codd convencieron a su colega Liam Williams para unirse a ellos y ayudarles a hacer realidad sus aspiraciones. Williams relata que, dado que ya había trabajado anteriormente con Paul Codd en el ámbito de la fiscalización aduanera y luego como adiestradores de perros, ambos compartían un sólido historial de trabajo y una arraigada amistad. “Resultaba obvio”, añade Williams. “Me encantan las motos, los coches y los motores. Parecía un curso realmente interesante con el que disfrutar realmente.”
Maria Morrisey explica que se daban también otros factores : “Una vez sorteado el obstáculo del Brexit, podíamos centrar nuestra atención en otras cosas … Nuestra ambición era definir una norma europea, incluso mundial, lo que no iba a ser tarea fácil, pero ¿Por qué conformarnos con menos? ¿Por qué no nosotros, y por qué no Irlanda? Obviamente, nuestro objetivo era servir los intereses del personal, pero nuestra contribución se debía extender también al ámbito internacional.”
Inmersos en el mundo de las juntas, colectores y endoscopios, el trio se dedicó durante meses a buscar el equipo y las instalaciones necesarias para crear una experiencia de aprendizaje innovadora y una alianza educativa a la altura de sus ambiciones de formación y desarrollo. En esta búsqueda, el paso lógico siguiente fue localizar el patrón de referencia en cuanto a la pericia relativa a los aspectos prácticos del registro de vehículos.
Con una extensa frontera terrestre, Finlandia goza de un gran prestigio por la calidad de los cursos sobre registro de vehículos que imparte a los aduaneros europeos en el marco del Programa Común de Aprendizaje de la Unión Europea (EU CLEP). Como sucedió en Irlanda, las restricciones impuestas por el COVID-19 interrumpieron la formación presencial de los finlandeses. En 2022, sin embargo, ya habían comenzado a preparar su reinicio, de forma que Morrissey se puso en comunicación con uno de sus homólogos en la Aduana de Finlandia con el fin de tantear la posibilidad de enviar a una persona que asistiera al curso de formación de instructores de la Aduana en materia de registro de vehículos. Confirmando así la importancia de cultivar las relaciones entre jurisdicciones, su contacto tuvo la amabilidad de ofrecerle dos plazas en el codiciado programa.
En agosto de 2023, Paul Codd y Liam Williams pasaron una semana en el Centro Europeo de Excelencia en Finlandia. Dado que Finlandia no es un país insular como Irlanda, los aduaneros finlandeses se ocupan del registro de vehículos de forma extensa y continuada. Gracias a esta permanente ocupación, su habilidad y destreza constituye un punto de referencia en el registro de vehículos, y los dos funcionarios irlandeses pasaron la semana asimilando toda la información posible sobre el modo de desmontar sistemáticamente un vehículo y, sobre todo, de volver a montarlo. Como indica Williams acertadamente : “Está muy bien tener una sospecha razonable para detener un vehículo y la confianza para desmontarlo, pero es preciso igualmente estar seguro de que se ha vuelto a ensamblar correctamente.”
Cabe decir que la formación técnica impartida por los aduaneros finlandeses no fue el único fruto provechoso de este viaje. Rodeados de colegas de otras Administraciones de aduanas de toda Europa, los participantes compartieron conocimientos y experiencias, y todos aportaron su granito de arena. El viaje tuvo también otro objetivo importante, en palabras de Maria Morrissey : “El viaje a Finlandia tuvo un efecto de bola de nieve y el entusiasmo que infundió creó su propio impulso. Hizo que todo lo relacionado con este proyecto pareciera real.”
A su vuelta, el trio, al que se sumó el recién nombrado director Iain Timmons, comenzó a integrar los elementos del proyecto. Morrissey y Timmons negociaron las cuestiones de organización, siendo Maria Morrissey la encargada de llevar las riendas en el ámbito estratégico y de idear la forma de encajar el curso en la visión de la Administración tributaria irlandesa, mientras que Iain Timmons se encargó de dar forma al curso desde la perspectiva de la Aduana. Respecto a la supervisión general del proyecto, la asistencia de la directora de formación y desarrollo de la Administración tributaria de Irlanda, Kate O’Gorman, resultó clave para asegurar la cristalización del proyecto : “La capacidad del equipo para pensar de forma innovadora fue uno de los aspectos más importantes para mí. No tenemos una escuela de formación práctica ya lista para su uso y, si bien su creación sigue estando en nuestros planes, el hecho de no disponer de ella no ha disuadido al equipo de seguir adelante … y estoy encantada de ayudar a hacer avanzar este proyecto junto con nuestros colegas en Adquisiciones.”
La investigación prosiguió con empeño y, pertrechados con los conocimientos recientemente adquiridos, Codd y Williams se inscribieron en el curso formativo Electrically Instructed Person sobre vehículos eléctricos e híbridos impartido en la empresa Hyundai. Incluso pasaron tiempo en un garaje propiedad del cuñado de Paul Codd, perfeccionando sus habilidades desmontando y volviendo a montar una serie de vehículos. La etapa siguiente fue la búsqueda de herramientas, en la que todas las partes implicadas se dedicaron a recorrer el país y navegar por Internet reuniendo exactamente lo necesario para asegurar que el curso estuviera a la altura de su creciente nivel de ambición. Todo iba encajando, solo faltaba un ingrediente: las instalaciones.
En el pasado, la Aduana de Irlanda siempre había realizado el curso de registro de vehículos en un local de propiedad de la Administración tributaria, pero – como todos los demás aspectos de este proyecto – la innovación era fundamental a la hora de localizar las instalaciones, una norma que Codd y Williams aprendieron al observar la actitud receptiva de la Administración de Aduanas de Finlandia respecto a la colaboración entre el sector público y privado en algunos proyectos. Respaldado por la dirección, Paul Codd decidió seguir el ejemplo de los finlandeses y se puso en contacto con diversas empresas de la industria del automóvil en Irlanda dispuestas a colaborar con la Aduana. Algunas empresas rechazaron la idea, otras respondieron positivamente pero no se ajustaban al perfil buscado. Finalmente, hubo un candidato que destacó por encima de los demás al cumplir todos los requisitos no solo en el plano logístico y en la disponibilidad de las instalaciones, sino en aspectos como el entusiasmo y la flexibilidad.
Como propietaria del 30% del mercado nacional automovilístico, el grupo Volkswagen Irlanda es una empresa bien asentada en Irlanda, pero su relación con el país no es tan solo de carácter comercial. Jefe de formación del grupo Volkswagen Irlanda, John Cunningham se siente orgulloso de las relaciones de la empresa con diversos organismos gubernamentales. “Para nosotros, resulta totalmente lógico trabajar con la Administración tributaria porque creemos que nuestro deber cívico es intentar ofrecer un respaldo a las solicitudes de los organismos gubernamentales.” Con la autorización del consejo de administración, VW abrió su vanguardista centro de formación al personal de la Administración tributaria. Con casi 2.500 metros cuadrados, las instalaciones cuentan con cinco aulas y doce talleres de formación, con más de una docena de vehículos para uso formativo. La empresa incluso proporcionó un día de formación a Codd y Williams con uno de sus instructores técnicos, quien les ayudó a profundizar sus conocimientos en marcas como Skoda, Seat, Audi, Cupra y otras. Según John Cunningham, una característica fundamental de la empresa VW es su deseo de instruir a los organismos gubernamentales en las últimas tecnologías e innovaciones. El comentario formulado por Maria Morrissey evidencia la cordialidad de la relación que reina entre las dos partes : “¡Creo que John Cunningham dijo sí a todo lo que le pedí!”
Método y contenido de la formación
El propio curso se centra en los últimos avances en la materia. Para poder participar en la formación, los candidatos deben completar el curso en línea sobre registro de vehículos facilitado por el Portal de Aprendizaje (CLEP) de la Dirección General de Fiscalidad y Unión aduanera (DG TAXUD) de la UE. El primer día es sobre todo teórico y – dada la posibilidad de que se produzcan heridas – se centra especialmente en procedimientos relacionados con la salud y la seguridad. Paul Codd explica que a la idea original finlandesa ellos le añaden un significado propio. “La Aduana finlandesa formula un planteamiento escalonado, primero un registro visual, seguido de un registro básico para acabar con el registro propiamente dicho, según el grado de sospecha. Nosotros complementamos este proceso con un elemento de evaluación del perfil aduanero, asociando la justificación y la sospecha razonable además de formular preguntas como, ¿el vehículo es el adecuado para el viaje? ¿Su contenido encaja con la persona? ¿Sigue un itinerario lógico? Ese tipo de información.”
A la teoría le siguen dos días intensivos de demostraciones prácticas sobre el modo de desmontar y volver a ensamblar el vehículo de forma que su estado final sea idéntico al del principio. La tarea puede ser de una complejidad impactante, ya que, como indican ambos instructores, no solo las especificaciones de cada vehículo son diferentes y proporcionan una abrumadora variedad de escondites, sino que incluso existen diferencias dentro del mismo modelo en función del año de salida del vehículo. La formación pretende ser lo más inmersiva posible y según Maria Morrissey : “Se trata de un excelente ejemplo de formación combinada y era necesario incorporar el elemento pedagógico de la UE. Pretendemos elevar nuestro nivel de exigencia en todos los aspectos, pero, en última instancia, se trata de generar confianza.”
A los participantes se les propusieron retos, como entregarles un vehículo con contrabando oculto en su interior que debían tratar de encontrar. Durante todo este tiempo, Codd y Williams los ayudaron, entrenaron y animaron proporcionándoles sin descanso los conocimientos necesarios para mejorar sus habilidades prácticas. Aprendieron qué constituye una sospecha razonable desde el punto de vista legal, cómo los coches robados se utilizan con frecuencia para el contrabando de drogas, cómo funcionan los escondites en el sistema hidráulico de un vehículo y cómo descubrirlos y reconstituirlos mediante ingeniería inversa, cómo se reutilizan los vehículos «desguazados», o incluso cómo los sistemas de navegación por satélite pueden proporcionar información vital. Se explicaron precisa y detalladamente las innovaciones en el campo automovilístico, ya que ambos instructores proporcionaron a los participantes el conocimiento necesario para saber qué buscar y las habilidades para encontrarlo.
La respuesta de los cursillistas
Los candidatos a la formación procedían de los tres principales puertos de Irlanda, Dublín, Cork y Rosslare, y todos tuvieron palabras de elogio para el proyecto. Simon Garvey, destinado en el puerto de Dublín, señaló el carácter inclusivo de la instrucción : “Cualquiera que fuera su experiencia, nadie se sintió incómodo y la formación nunca resultó aburrida … Su objetivo era tan solo proporcionar las herramientas para realizar un control de forma segura, rigurosa y justificada.”
Este carácter inclusivo formaba parte del proyecto desde su inicio, y todas las personas encargadas de llevarlo a buen término insistieron en que la intención no era en absoluto pillar a los cursillistas desprevenidos; únicamente formarlos e infundir confianza. La funcionaria Elaine Roche, destinada en Rosslare, se hizo eco de este sentimiento declarando : “Como mujer, no soy una experta en automóviles y debo confesar que antes de unirme a este proyecto, ese era el motivo para no querer asistir a la formación. Pero el único inconveniente que le veo ahora es que la formación no durara más tiempo porque volví sintiéndome capacitada en la materia.”
El éxito del programa reside en los instructores mismos y en la actitud de los alumnos y, en su totalidad, los participantes se mostraron entusiastas en la valoración del curso. La funcionaria, Nicola Farrell, destinada en el puerto de Dublín, declaró: “Me gusta más aprender de forma práctica, por lo que este curso me atrajo realmente. Se puede decir que los instructores hicieron bien su trabajo y que su interés en la materia llamó la atención de todos los asistentes a la formación. Se produjo una rápida compenetración entre los participantes que se ayudaron mutuamente a lo largo de todo el curso.”
En palabras del funcionario destinado en Cork, Jimmy Duggan : ‘Fue un curso fabuloso y todos los que lo hicimos pensamos lo mismo. Es un ejemplo perfecto de cómo enseñar la teoría para luego ponerla en práctica. Logra que los funcionarios aduaneros conozcan mejor su trabajo, sean más eficaces y conscientes del entorno y de los requisitos asociados con sus funciones.’
Llegado el momento de la verdad, al funcionario destinado en Rosslare, Oliver Devlin, no albergó ninguna duda sobre las posibles ramificaciones de la formación. “Desde el inicio del curso en línea, uno tiene la sensación de estar ante algo especial. Obviamente, ya sabías con anterioridad que había formas de esconder mercancías en los automóviles, pero la formación reveló lugares imposibles de imaginar.”
Los participantes no fueron los únicos en adquirir conocimientos y experiencia, la Aduana de Irlanda dispone actualmente de un modelo de aprendizaje, o como dice Iain Timmons : “De una norma que nos guía para canalizar nuestros esfuerzos.” La fórmula ideada por Maria Morrissey y Paul Codd se puede aplicar a cualquier curso, incluso de formas inicialmente inimaginables. El método preciso de desmontar un automóvil, colocando cada pieza extraída lo más cerca posible de donde fue retirada, siguiendo un orden, se puede aplicar fácilmente al registro de pertenencias, equipaje o medios de transporte. Del mismo modo, la conformidad con las mejores prácticas y las normas más exigentes puede constituir la base de cualquier formación futura.
Cabe resaltar igualmente la dimensión interinstitucional que supone la colaboración entre el sector público y el sector privado, lo que demuestra que dichos acuerdos pueden resultar exitosos y mutuamente beneficiosos si se plantean con honestidad, determinación y profesionalidad.
Como declara orgullosa Kate O’Gorman : “Se trata de un verdadero ejemplo de pensamiento holístico innovador desde la óptica del aprendizaje y el desarrollo. Ahora es momento de examinar los proyectos con cierta perspectiva y de reflexionar sobre el modo de abordar las cosas de forma diferente. No existe una solución perfecta ya preparada, de modo que, ¿cómo podemos crear algo y desarrollar la idea, dar forma al diseño, encontrar el entorno y seguir avanzando? Estoy convencida de que este curso de formación puede resultar decisivo para trazar el recorrido de los funcionarios de aduanas en este ámbito de desarrollo.”
Sea lo que sea lo que nos depare el futuro, no cabe duda de que el listón está muy alto.
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